La rinoplastia puede definirse como una intervención quirúrgica cuyo objetivo es mejorar estéticamente el aspecto de la región nasal. Esta operación puede consistir en modificar el tamaño, la forma y la posición de las estructuras presentes en la región nasal. Esta operación también puede utilizarse para corregir anomalías congénitas de la región nasal o daños causados por traumatismos.
Las operaciones de rinoplastia suelen realizarse con anestesia local o general. El procedimiento quirúrgico puede consistir en realizar incisiones para modificar el tamaño y la forma de las estructuras presentes en la región nasal o añadir tejido a las superficies internas de la nariz. Esta operación puede durar varias horas y el tiempo de recuperación puede variar en función del estado general de salud de la persona y de la gravedad de la operación.
Las operaciones de rinoplastia suelen realizarse para conseguir un aspecto armonioso con otras zonas de la cara. Sin embargo, estas operaciones también pueden tener como objetivo eliminar las molestias presentes en las superficies internas de la nariz. Por ejemplo, se pueden corregir las desviaciones (curvaturas nasales) que causan problemas en el desplazamiento nasal interno.
Las operaciones de rinoplastia suelen dar buenos resultados. Sin embargo, como cualquier intervención quirúrgica, estas operaciones pueden entrañar algunos riesgos. Por ejemplo, pueden producirse efectos secundarios como infecciones, hemorragias o dolor durante el proceso de cicatrización. Además, puede producirse una disminución temporal del sentido del gusto y del olfato en las superficies internas de la nariz tras la operación. Por lo tanto, para conseguir potencialmente los resultados que desea, debe consultar con un cirujano experimentado antes de decidirse por la cirugía y considerar detenidamente todos los riesgos y beneficios asociados a la operación.